Sufrimiento y serena belleza en el rostro de la Virgen de la Amargura
La talla, bendecida en 2007 por el obispo emérito Javier Azagra, desfila con la Hermandad Siervas de María en la procesión general de Miércoles Santo
Nuestra Señora de la Amargura |
Esta imagen mariana, cuya advocación es Nuestra Señora de la Amargura, fue realizada en madera de cedro real y policromada al óleo por el escultor cordobés Francisco Romero Zafra y se encuentra expuesta al culto en la parroquia de San Pablo.
La figura tiene una altura de 1,68 metros y los brazos articulados y su rostro muestra unos impactantes ojos claros, cuya expresión conjuga el sufrimiento por la muerte de su Hijo con una serena belleza.
Su manto en color burdeos y la saya en azul noche, confeccionados por el bordador Antonio Villar Moreno, imprimen fuerza a la imagen. El trono y las varas de carga suman unos 950 kilos y están realizados en orfebrería repujada y cincelada, bañada en plata de primera ley, procedentes de la orfebrería de Orovio de la Torre.
Sobre el trono se aprecia una capilla central y dos laterales decoradas con figuración; unas cartelas adornadas con los motivos de las letanías y 62 candelas completan este conjunto que es portado a hombros por 32 anderos.
Anderos en un momento de la procesión de Miércoles Santo |
Las Siervas de María lucen para la ocasión la clásica mantilla española, negra como muestra de respeto.
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